La imagen chavín del maestro Wira Qocha Choqe Chinchay, en la denominada Estela Raymondi, guarda los arquetipos del orden cósmico en su trazado geométrico
La cultura se expresa en sus símbolos.
Los registros históricos más antiguos de los qellqas del Tawantinsuyu se remiten a hace más de 5 milenios, a los tiempos Caral, donde al igual que en Machu Picchu, 4 mil años después, se encuentra una huanca o piedra parada al centro de su plaza central, rodeada de ushnus o altares escalonados, alineados con los astros y las montañas. Entre estos dos extremos del tiempo andino, desde la zona ecuatorial hasta más allá del trópico austral, los testimonios arqueo-históricos muestran una unidad y continuidad cultural, manifestada en el simbolismo del arte y la arquitectura de los pueblos andinos.
Uno de los fundamentos de esta unidad cultural está inscrito en el Lliu Pacha Qellqa o Simbolismo de la Cosmovisión Andina, conocido por documentos históricos escritos, como el dibujo del Altar del Qori Qancha de Pachacuti Salcamayhua, o icónicos tales como los de los santuarios y artes de Caral, Chavín, Tiawanaku o Machu Picchu, entre los más conocidos. Ello nos permite entender la dimensión simbólica espacial de esta concepción, así como la de los lenguajes y discursos compartidos por los maestros ancestrales, por milenios.
La visión de los maestros ancestrales andinos era cósmica, en el sentido de que respetaba las leyes del orden natural de la vida e integraba al todo en su conciencia de la realidad, y ello se representó en símbolos, que recordaban ese entendimiento universal y que retaban a la creatividad, de manera a que cada pueblo estuviera presente, a través de su arte y arquitectura, a su manera y estilo, en el gran concierto cultural del Tawantinsuyu. Por la calidad creativa así como la técnica alcanzada por los artistas andinos, se sabe que tuvieron talleres comunales y conformaron escuelas artísticas a diversa escala geográfica, donde desarrollaron los saberes y artes con los que fueron construyendo su historia e identidad.
Una de las artes de mayor profusión fue la cerámica, dedicada entre otros a la fabricación de huacos, que son obras artísticas de uso simbólico ritual y también de registro cultural. Estos huacos guardan entre sus características el uso de asas, como por ejemplo el asa puente o el asa estribo, cuyos golletes, líneas, colores y arcillas son distintivos de los pueblos y talleres de cada región. De manera similar, las técnicas y patrones textiles, metalúrgicos o constructivos permiten identificar el origen de las obras.
Gracias a la existencia de códigos y estructuras simbólicas generales es que pueden distinguirse los significados tras las técnicas, la retórica y la estilística locales y de cada época en los Andes, y observar así la permanencia de los símbolos, sus concepciones y significaciones, a lo largo de los siglos, como producto de la tradición y la visión colectiva de la cultura, y por lo tanto del arte.
En la Historia del Arte Andino existen temas y simbolismos recurrentes, expresados en lenguajes visuales diversos. Por ejemplo, el Amaru o Serpiente Sagrada se representa tanto en una piedra vertical, como en un cetro, una lágrima, un río, un camino ritual u otros. Ello nos indica el uso de la analogía, la implicancia, la inclusión y otros recursos retóricos, para generar correlatos y darle sentido a cada símbolo y a cada discurso visual, según su contexto inmediato o en relación a otros.
Es posible y necesario comparar y relacionar signos y discursos de diversos momentos y lugares del Tawantinsuyu, con el afán de entender los códigos y lenguajes comunes que guarda la memoria colectiva a lo largo de los siglos, y que inspiraran el ingenio de los maestros ancestrales y tradicionales de los pueblos de las 4 regiones andinas.
El Wira Qocha Qellqasimi o Código de Wira Qocha constituye un lenguaje visual y sistema simbólico milenario pan-andino, cuyo conocimiento e imaginario fue y continúa siendo compartido y transmitido de alguna manera por escuelas y talleres en pueblos de todo el territorio.
Es así que los objetos simbólicos sagrados de cada pueblo y época tienen, en su diversidad de manifestaciones, la misma base semántica, y que cada símbolo constituye un potencial exponencial de representaciones, susceptible de significar según el discurso en el cual se articule.
El programa expositivo se ordena en 4 capítulos:
. Tawantinsuyu milenario
. Choque Chinchay, el culto de los Maestros Jaguar
. Toqapu Qellqa, geometría cósmica andina.
. Willka Mayu, geo-cosmografía andina.